Pasá la pelota Torito
Los toritos fueron derrotados 4-2 por Poné la pata Ricardo. Los goles del rival, que jugó los primeros minutos del encuentro con dos jugadores menos, fueron todos en la primera mitad. Luego sería todo del conjunto naranja que, a pesar de las buenas situaciones generadas, no pudo conseguir ningún punto. El final del año se fue destiñendo con las últimas derrotas que se van acumulando.
Desde el comienzo fue un partido atípico: los rivales eran menos de los 9 reglamentarios. La organización, que había concedido casi media hora de prórroga para que los ausentes del rival lleguen, dio la orden al árbitro, el tristemente célebre Chacal, para que comience el juego. Tras el sorteo habitual, Poné la pata Ricardo optó por comenzar moviendo desde el medio. Y tan acertada fue esa decisión, que, en esa primera jugada, y frente a un cumulo de jugadores naranjas pasivos, consiguieron inmediatamente ponerse en ventaja. Sí, con dos jugadores menos, el 7 rival realizó una maniobra individual y estampo el uno cero. Inmediatamente, los rivales consiguieron el segundo. Peor no podían empezar los Toros. Ya con los 9 jugadores en cancha, los rivales, que siguieron buscando el arco naranja, conquistaron otros dos goles. El panorama era totalmente desalentador. La realidad es que hubo muchas filtraciones por el medio del terreno. Los de negro colocaron dos o más jugadores a la espaldas de Vega, y el equipo Toro no pudo, en gran parte de ese primer tiempo, obstruir el juego en esa zona. También, lamentablemente hay que remarcarlo, se cometieron algunos errores groseros en el intento de salir jugando desde abajo, situación que fue perfectamente capitalizada por los rivales. Sin embargo, hubo reacción de Los Toritos. Se crearon al menos 3 situaciones claras de gol. Claras no porque la jugada haya sido elaborada con limpieza u orden, sino porque, en definitiva, dejó a García frente al arco en dos ocasiones, y a algunos volantes que llegaron hasta posición de remate también.
La segunda mitad encontró algunas modificaciones, tanto desde los nombres como desde la propuesta: ingresaron Motechiesi, en la delantera, y Pablo Ballari, en el medio campo, en lugar de García y de Peris respectivamente; mientras que el conjunto dirigido por Maiorana salió, actitudinal y tácticamente, a buscar el descuento. La presión naranja se hizo sentir ya en la primera línea rival. Todo el equipo avanzó dos metros en el campo de juego y, de esta manera, obstruyó, con mucho esfuerzo y desgaste físico, las salidas del rival. Se puede decir, sin temor a cometer una generalización injusta, que en el segundo tiempo fue todo de Los Toritos. El primer gol llegó desde los pies de Montechiesi, quien recibió un pase de Martín Mansilla. El segundo, fue tras un tiro libre directo de Mansilla que, tras algún rebote, se terminó colando. Los minutos restantes de partido encontraría a Los Toritos llegando hasta zona de gatillo. Y un arquero rival en un nivel cósmico sacando, a veces a puro reflejo, en otras con alguna volada, todos los buenos disparos realizados. En algunas ocasiones, de las generadas, quizás no se tomaron las decisiones más acertadas, ya que había jugadores naranjas solos al lado del arco los cuales hubiesen estado más cerca de marcar si eran habilitados con un pase.
La paradoja se presenta al pensar el partido del equipo: un comienzo en el que da la sensación de que es un conjunto sin actitud, vulnerable y que comete errores que siempre le salen caros. Y por otro lado, un equipo vigoroso que sale a atropellar al rival, que tiene rebeldía y que es capaz de generar las situaciones necesarias como para revertir un resultado adverso. Es una lástima que, nuevamente, no se comience el partido lo suficientemente metido como para no sufrir en el arco propio goles evitables.
