jueves, mayo 2
buenos aires, argentina
9.7°C

Noticias

Tocar fondo

El sábado Los Toritos sufrieron una de las derrotas más duras de su historia. En una mañana fatídica donde todo salió mal, desde el planteo de juego hasta la ejecución por parte del equipo, cayeron por 9-1 ante Los Champys, un equipo que no está en la lucha por el campeonato y ante el cual usualmente logran imponerse. Si bien el primer tiempo sólo había terminado 2-0, estaba la sensación de que el equipo no podría darlo vuelta y que había un desconcierto generalizado en cómo afrontar el segundo tiempo. Una de las fotos que puede servir para comprender la película es el hecho de que, luego del 2-0, los defensores intercambiaron posiciones sin sentido y aportaron aún más desorden dentro del caos. Una vez finalizado el partido ellos asumieron el error y pidieron disculpas ante el grupo, lo cual es destacable y deja en claro que a pesar de cometer errores, hay un compromiso asumido para mejorar.

Luego de tener un buen comienzo de campeonato, con rendimientos óptimos y habiendo merecido el triunfo en los 3 partidos (fueron 1 victoria, 1 empate y 1 derrota), volvieron a manifestarse problemas que son de larga data. Parece imposible poder repetir la formación inicial de un partido a otro, y eso atenta contra la consolidación de una idea de juego y una identidad de equipo. De todo el plantel, hubo un solo jugador que participó de todos los encuentros (la nueva incorporación, Julián De Benedetto). No se trata de echar culpas sobre uno u otro, porque es un equipo, pero sí se puede tomar ese dato como uno de los disparadores para analizar las complicaciones que afrontan Los Toritos.

Nunca es tarde para aprender, y menos si hay voluntad. Los Toritos deben tomar esta derrota como una prueba, un desafío ante el cual debe salir el resto que cada uno tiene dentro suyo, dejarlo todo en pos del funcionamiento general. Si se salva el equipo, se salvan todos. Sino, irán cayendo de a uno. La idea no es sólo pasar un buen rato y defender los colores de la misma camiseta, sino también ser un equipo competitivo. Para ello, todos deben estar en sintonía, antes, durante y después del partido. El equipo cuenta con materia prima suficiente para pelear en el pelotón de arriba, y ya ha dado varias muestras de buen fútbol como para apoyarse en datos concretos de la realidad y alimentar la esperanza. Sólo hace falta consolidar las ideas. El resto vendrá sólo.

Publicado por Manuel Luquet

Periodista. Redactor.